viernes, 9 de octubre de 2009

EL POSITIVISMO DE AUGUSTO COMTE

El positivismo de Augusto Comte afirma que el espíritu científico va por una ley inexorable del proceso del espíritu humano a sustituir a las creencias teológicas por las explicaciones metafísicas, al volverse positivo el espíritu renunciaría a la cuestión ¿Por qué?, es decir a buscar una explicación absoluta de las cosas y se limitaría a ¿Cómo? Es decir a la formulación de leyes de la naturaleza, retirando por medio de observaciones y relaciones repetidas las relaciones constantes que unen los fenómenos.
El positivismo, tiene pues, la ambición de deshacerse de la metafísica, para Augusto Comte el positivismo está vinculado a la aparición de la edad de la ciencia característica del estado positivo que sucede en la ley de los tres estados: al estado teológico y al estado metafísico.
La doctrina positivista está vinculada a la confianza en los procesos de la humanidad y a la creencia en los beneficios de la racionalidad científica. El conocimiento debe fundarse, según Comte, en la observación de la realidad y no sobre los conocimientos pre hecho. El positivismo constituye así una sistematización del empirismo acompañado de una fianza de la religión en la ciencia basada en un determinismo mecanicista. El positivismo rechaza así la teología y la metafísica por la explicación científica, esta debe fundarse solamente en hechos del mundo físico y material sobre consecuencias de matemática y en particular de la lógica.
En otros términos la nueva filosofía propuesta por Comte sugiere una reorganización social completa a partir del comportamiento social e individual. Augusto Comte define el positivismo a partir de cinco sentidos: el positivo designa el real y el útil en oposición al quimérico y vano, designa también el contenido real en las ciencias morales sirve para calificar los que se ocupan de ciencia y finalmente la palabra positiva elimina el absoluto como carácter fundamental de filosofía para sustituirlo por el relativo.
Con tal definición del positivismo la reorganización social puede ser también política dada la necesidad en un momento o el otro de un cambio en los poderes. La reorganización propuesta se opera en primera medida a nivel del individuo pero al mismo tiempo en el medio social, así pues, el individuo y la institución deben renovarse. Los grandes temas de esta filosofía regeneradora son pues
El orden y el progreso.
La humanidad positiva.
La separación de las oficinas (papeles sociales de los individuos)
La educación
Este positivismo desempeño un papel primordial en la ciencia del siglo XIX.

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